Archivo de la categoría: Conciencia Global

Aprende a escuchar

Aprende a escuchar activamente¿Cuánto hace que no escuchas de verdad? El 85% de la información que recibimos procede del sentido de la visión. Por ello, no es extraño que releguemos la tarea de escuchar a un segundo plano con facilidad cuando hablamos con alguien. La mayoría del tiempo estamos demasiado ocupados en nosotros mismos como para tratar de comprender a otros.

Somos capaces de escuchar y procesar 500 palabras por minuto sin embargo sólo somos capaces de hablar a una velocidad de 125. Esto significa que utilizamos el resto de nuestra capacidad para distraernos pensando en lo que tenemos que hacer urgentemente o peor aún ¿Cuántas veces estas pensando en la respuesta que vas a dar antes incluso de que tu interlocutor termine? ¿Cuántas veces terminas la frase? ¿Cuántas veces comienzas a responder antes de que la otra persona concluya?.

Muchas personas se creen en posesión de un certero punto de vista: el suyo propio, y por lo tanto, prestar oídos a cualquier otra perspectiva es una pérdida de tiempo. Las personas viven según su propio paradigma, es decir, su propio mapa interno de la realidad que explica cómo son las cosas y todos pensamos que el mapa que vale es el propio y que el de los demás está equivocado.

Debemos convertirnos en oyentes activos y yo aún diría más, deberíamos ser oyentes agresivos porque de esta forma, no sólo actuaremos de manera honesta con el otro sino que, además, casi sin darnos cuenta descubriremos nuevos y mejores puntos de vista que podremos añadir a nuestro paradigma interior para convertirnos en mejores personas.

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Ley de la Intención Decreciente

ideasLa Ley de la intención decreciente establece que: “Cuanto más tiempo pospongas la ejecución de una nueva idea menos probabilidades hay de que finalmente la lleves a cabo”. Es decir, cuanto más tiempo transcurra sin dar un primer paso para materializar ese proyecto, menos probabilidades existen de que finalmente lo pongamos en marcha. Y lamentablemente debes de reconocer que se trata de un hecho constatable. Vamos posponiendo nuestras ideas y esa pausa acaba matando la pasión que despertaban en nosotros y al final éstos propósitos pasan de conjugarse en tiempo presente a tiempo futuro para acabar definitivamente en el condicional perfecto.

Sin embargo, debemos intentar poner en práctica esas nuevas ideas o proyectos mientras nos apasionan. La Ley de la intención decreciente es tan cruel como real. A estas alturas ya eres consciente de lo que hablo. ¿Cuántas ideas han quedado postergadas debido a la urgencia que nos abraza cotidianamente? Lo urgente hace ruido mientras que lo importante es silencioso.

A veces nos vemos sobrepasados por la magnitud de nuestras ideas. Nos asusta llevarlas a cabo y por todo lo que ello conlleva. Sin embargo, al igual que el viaje más largo comienza con el primer paso, el camino para vencer a la Ley de la Intención Decreciente es, precisamente, dar ese primer paso. Puede ser desde hacer una llamada, escribir un email o simplemente anotar en un papel la hoja de ruta para materializar esta idea. Ten por seguro que este primer paso provocará una concatenación de pasos que te guiarán por la senda hasta tu sueño.

¿Qué te detiene para poner en práctica esa idea, ese sueño? La mayoría de las personas que tienen sueños e ideas viven esperando un momento mejor, quizás esperan a que se alineen los planetas o últimamente quizás a que se despeje el panorama económico. Son personas que viven esperando un momento futuro; a todos ellos hay que recordarles que no existe ningún otro momento más allá del aquí y del ahora.

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Gasta de forma responsable tu dinero

Cómo gastar tu dinero de forma responsableDesde que somos pequeños nos preparan para que el día de mañana seamos miembros productivos de nuestra sociedad. Las escuelas, institutos y universidades nos brindan la formación necesaria para ganarnos la vida. Así pues, según nuestras aptitudes, nuestro entorno socio-económico y, porqué no decirlo, la calidad de los mentores que nos hallamos encontrado en nuestro camino curricular, ocuparemos diferentes eslabones en la cadena productiva.

El objetivo final para el cual nos han estado preparando durante 20 años es trabajar para obtener una remuneración económica acorde a nuestros conocimientos y aptitudes. Todo ello en aras de que el día de mañana obtuviéramos un salario por nuestro trabajo. Y lo que son las cosas, tras esos 20 años de tediosas clases, resulta que nadie te ha explicado cómo funciona el dinero. ¡Vaya descuido! toda una vida tratando de inculcarte conocimientos para obtenerlo y, una vez que empiezas a ganarlo, te percatas de que nadie te ha enseñado a gastarlo. En resumidas cuentas, alguien podría pensar que quieren que seamos listos para ganarlo y tontos para gastarlo.

“Quien compra lo superfluo no tarda en verse obligado a vender lo necesario.”

Proverbio árabe.

Por ello, es muy importante que adquieras una cultura sobre el dinero lo antes posible. Algunas personas se han visto obligadas a aprenderla a marchas forzadas debido a la crisis. La forma en la que gastas tu dinero hoy afectará directamente a tu capacidad de maniobra en el futuro, a tu libertad futura. Debes ser más listo, aprender a escapar de las trampas que te tiende la sociedad de consumo y de las bondades de sus créditos.

Lo primero que debes aprender es la diferencia entre gasto bueno y gasto malo. Mientras que el primero es una inversión, el segundo es un despilfarro disfrazado de necesidad. El gasto bueno revierte en nosotros mismos, por ejemplo, un libro, un curso, un viaje cuyo fin es exponerte a otras culturas y experiencias, o cualquier elemento que pueda enriquecernos como personas o hacernos ganar dinero en el futuro. Este tipo de gasto se paga a sí mismo a través del retorno de la inversión. El gasto malo es una compra emocional; compramos para compensar algún tipo de insatisfacción, es decir, consumimos para cubrir una serie de necesidades que tienen un origen más profundo del que te atreves a sondar.

A continuación voy a darte una serie de indicaciones que te ayudarán a tener una mayor conciencia del dinero:

  • Primeramente pregúntate a tí mismo ¿Realmente necesito esto que voy a comprar? ¿Esta compra me hará más rico o más pobre?.
  • Nunca pagues con tarjeta de crédito, hazlo en efectivo. Al pagar con dinero en efectivo tomamos realmente conciencia del gasto que estamos realizando. Por otro lado, pagar con tarjetas de crédito hace que olvides con más facilidad las compras que has realizado por lo que vuelves a comprar y a comprar.
  • Antes de realizar una compra superior a 100 € debes obligarte a esperar un período de 24 horas. Este tiempo te permitirá reflexionar y evitarás las compras compulsivas.

Si te detienes un momento y calculas la cantidad de dinero que has percibido en concepto de salario desde que comenzaste a trabajar quizás te sorprendas a tí mismo preguntándote dónde ha ido a parar todo ese dinero. Obtener conciencia sobre el uso del dinero te permitirá ser más libre, te permitirá trabajar para vivir y dejar de vivir para trabajar. Recuerda que si algo bueno nos va a recordar esta crisis es que podemos ser sin necesidad de tener.

 

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Obsolescencia Programada

La obsolescencia programada, camuflada hoy por hoy bajo el término Ciclo de vida del Producto, establece el tiempo máximo o el número total de usos que podemos obtener de un determinado producto antes de que éste deje de ser útil.

A la hora de diseñar nuevos productos, los ingenieros tienen muy claro qué parámetros de durabilidad deben atribuir a cada producto. Así mismo, los avances tecnológicos se van implementando de forma progresiva en el tiempo para poder justificar la aparición de nuevos modelos cada año con nuevas y fascinantes características que justifiquen la compra de este nuevo producto y declaren como obsoleto el fabricado hace tan sólo unos meses.

Así pues, no tiene sentido que los productos fabricados durante la década de los 80 duraran 20 años mientras que los que adquirimos a principios del 2000 ya hayan sido, en su mayoría, jubilados. Electrodomésticos, juguetes y demás productos de consumo tienen los días contados, nunca mejor dicho, nada más abandonar la fábrica. ¿Cómo si no se explica que las bombillas fabricadas en los años 30 duraran dos veces y media más que las que se fabrican actualmente? ¿Acaso no es posible usar la actual tecnología para fabricar productos que puedan durar varias décadas? Claro que es posible sin embargo esto afectaría negativamente al consumo, a las empresas, a los gobiernos, en definitiva, al sistema.

Si aún tienes dudas echa un vistazo a este link donde podrás ver con tus ojos una bombilla que tiene más de 100 años.

El combustible que mueve nuestro sistema capitalista es el consumo. No es de extrañar que los gobiernos midan el crecimiento de un país en función al crecimiento de la renta o del valor de los bienes producidos. Igualmente podemos oir los llamamientos de los gobiernos y los políticos instándonos a consumir para sacar al país de la crisis. Es este mismo sistema capitalista el que nos convierte en “consumidores insatisfechos”. Seguro que tú también al igual que yo has llegado a casa con algo nuevo recién comprado y seguro que al poco tiempo te has sentido también igual de vacío.

Finalmente te invito a ver este documental sobre la obsolescencia programada. Créeme si te digo que te sorprenderá enormemente y quizás la próxima vez que vayas a comprar algún electrodoméstico te lo pienses dos veces.

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