Desde que somos pequeños nos preparan para que el día de mañana seamos miembros productivos de nuestra sociedad. Las escuelas, institutos y universidades nos brindan la formación necesaria para ganarnos la vida. Así pues, según nuestras aptitudes, nuestro entorno socio-económico y, porqué no decirlo, la calidad de los mentores que nos hallamos encontrado en nuestro camino curricular, ocuparemos diferentes eslabones en la cadena productiva.
El objetivo final para el cual nos han estado preparando durante 20 años es trabajar para obtener una remuneración económica acorde a nuestros conocimientos y aptitudes. Todo ello en aras de que el día de mañana obtuviéramos un salario por nuestro trabajo. Y lo que son las cosas, tras esos 20 años de tediosas clases, resulta que nadie te ha explicado cómo funciona el dinero. ¡Vaya descuido! toda una vida tratando de inculcarte conocimientos para obtenerlo y, una vez que empiezas a ganarlo, te percatas de que nadie te ha enseñado a gastarlo. En resumidas cuentas, alguien podría pensar que quieren que seamos listos para ganarlo y tontos para gastarlo.
“Quien compra lo superfluo no tarda en verse obligado a vender lo necesario.”
Proverbio árabe.
Por ello, es muy importante que adquieras una cultura sobre el dinero lo antes posible. Algunas personas se han visto obligadas a aprenderla a marchas forzadas debido a la crisis. La forma en la que gastas tu dinero hoy afectará directamente a tu capacidad de maniobra en el futuro, a tu libertad futura. Debes ser más listo, aprender a escapar de las trampas que te tiende la sociedad de consumo y de las bondades de sus créditos.
Lo primero que debes aprender es la diferencia entre gasto bueno y gasto malo. Mientras que el primero es una inversión, el segundo es un despilfarro disfrazado de necesidad. El gasto bueno revierte en nosotros mismos, por ejemplo, un libro, un curso, un viaje cuyo fin es exponerte a otras culturas y experiencias, o cualquier elemento que pueda enriquecernos como personas o hacernos ganar dinero en el futuro. Este tipo de gasto se paga a sí mismo a través del retorno de la inversión. El gasto malo es una compra emocional; compramos para compensar algún tipo de insatisfacción, es decir, consumimos para cubrir una serie de necesidades que tienen un origen más profundo del que te atreves a sondar.
A continuación voy a darte una serie de indicaciones que te ayudarán a tener una mayor conciencia del dinero:
- Primeramente pregúntate a tí mismo ¿Realmente necesito esto que voy a comprar? ¿Esta compra me hará más rico o más pobre?.
- Nunca pagues con tarjeta de crédito, hazlo en efectivo. Al pagar con dinero en efectivo tomamos realmente conciencia del gasto que estamos realizando. Por otro lado, pagar con tarjetas de crédito hace que olvides con más facilidad las compras que has realizado por lo que vuelves a comprar y a comprar.
- Antes de realizar una compra superior a 100 € debes obligarte a esperar un período de 24 horas. Este tiempo te permitirá reflexionar y evitarás las compras compulsivas.
Si te detienes un momento y calculas la cantidad de dinero que has percibido en concepto de salario desde que comenzaste a trabajar quizás te sorprendas a tí mismo preguntándote dónde ha ido a parar todo ese dinero. Obtener conciencia sobre el uso del dinero te permitirá ser más libre, te permitirá trabajar para vivir y dejar de vivir para trabajar. Recuerda que si algo bueno nos va a recordar esta crisis es que podemos ser sin necesidad de tener.
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